Australia es un país que se caracteriza principalmente por su extensa diversidad de hábitats y por la gran cantidad de especies de animales que viven allí; por lo que inventar sobre una especie misteriosa para aumentar su atractivo no valdría la pena. Sin embargo, según algunos informes e historias aseguran que en las aguas australianas vive una criatura acuática muy temible, que busca acechar a sus presas; esta bestia es conocida por el nombre de Bunyip.
Leyenda: el Bunyip de Australia
En Australia ronda una leyenda sobre un monstruo acuático llamado Bunyip; a veces descrito como una bestia feroz y peligrosa que devora a los seres humanos y otras veces como todo lo contrario, una criatura pacifica que come plantas y algo tímida para relacionarse con los humanos.
Sin embargo, esta última no es tan popular como la primera descripción; ya que la mayoría de las historias aseguran que esta bestia se mantiene en el agua esperando que caiga la noche para devorar a cualquier animal o persona que se acerque a su hábitat. Se dice que su presa favorita son las mujeres y los niños; aunque puede atacar a cualquier otro individuo o especie, sosteniéndolos entre sus brazos fuertemente, hasta que mueren.
Pero, a pesar de que la forma en la que describen su comportamiento varía, es una criatura que ha formado parte de la tradición aborigen durante siglos; e incluso continua siendo en la actualidad uno de los personajes favoritos de las leyendas australianas.
¿Cómo describen la apariencia de esta criatura?
Su apariencia física también es contradictoria, tanto así que muchos investigadores han asumido que Bunyip es el nombre general que se le da a una gran variedad de monstruos regionales.
Los primeros informes lo describían como una criatura con la cara parecida a un perro, con cola de caballo, aletas y colmillos de morsa. Otras fuentes aseguraban que el Bunyip tiene una textura emplumada o escamosa como un cocodrilo; e incluso algunos lo comparaban como una enorme estrella de mar.
Sin embargo, no fue hasta en 1845 cuando salió en un periódico un artículo con una descripción, que hasta la fecha, era la mejor de esta criatura. Allí se dijo que el Bunyip unía características de un ave y un caimán; puesto que tenía la cabeza parecida al ave emu con un pico largo, mientras que su cuerpo y patas eran parecidos a los de un caimán.
Las patas traseras eran gruesas y fuertes, mientras que las patas delanteras eran más largas pero aun con gran fuerza. Sus extremidades estaban repletas de unas garras muy largas. Sus ojos eran brillantes y su tamaño, algo que desde el comienzo todos los testigos estaban de acuerdo, era lo suficientemente grande como para ser un devorador de hombres.
Hábitat del Bunyip
Avistamientos de la criatura se reportan por todo el continente australiano. Según las historias se dice que el Bunyip habita en pantanos, lagos y ríos, por eso se le considera un monstruo acuático; sin embargo, a pesar de ello también se le ha visto andar por tierra.
Habilidades y poderes sobrenaturales
Como bien se dijo, su leyenda varía mucho, unos aseguran que es una criatura temible que ha asesinado personas, mientras que otras historias lo describen como un protector de la vida salvaje.
Pero independientemente de eso, ya sea para bien o para mal, las personas aseguran que esta criatura tiene poderes sobrenaturales. Se dice que una de esas habilidades es que puede alterar el nivel del agua; y que su feroz rugido es capaz de paralizar a los visitantes no deseados.
E incluso, una historia describe a esta criatura hipnotizando a una mujer y manteniéndola durante varias semanas como su esclava; hasta que finalmente una gran tormenta que ocurrió, hizo que su hechizo se rompiera.
Evidencias documentadas: avistamientos y fósiles
Aunque nunca se llegó a capturar unas de estas criaturas, en el siglo XIX el famoso explorador Hamilton Humes, encontró algunos fósiles y restos de esqueletos que presuntamente pertenecían a un Bunyip; sin embargo, nunca los catalogo como tal, al contrario, creía que podían haber sido de un manatí o un hipopótamo.
Luego de que algunos investigadores fanáticos se enteraron de este descubrimiento, no pudieron evitar relacionarlo con el monstruo descrito por los aborígenes. Tanto así que le ofrecieron a Humes un pago para que fuera nuevamente al lago donde había encontrado el esqueleto, y lo devolviera para transportarlo al cuartel general, pero Humes no aceptó la oferta.
1830
En 1830, en la cueva de Wellington, fueron encontrados otros huesos desenterrados. El anatomista Sir Richard Owen identificó dichos huesos como pertenecientes a una especie marsupial gigante y extinta, lo cual le produjo algo de sorpresa, luego de enterarse que algunas tribus tenían una tradición con una criatura similar, llamada Bunyip; sin embargo, nunca se confirmó si realmente pertenecían a esa bestia.
1845
El publicista Geelong anunció en el año 1845 otro descubrimiento de fósiles, afirmando que una vez un hombre aborigen había identificado ese fósil como perteneciente a una especie desconocida, llamada Bunyip. Esto trajo consigo fuertes rumores sobre la criatura, y sin duda muchas personas comenzaron a pensar que realmente todos esos acontecimientos ocurridos se relacionaban con la bestia acuática.
1847
Para el año 1847, se encontró un cráneo muy extraño, y luego de las tantas historias e incluso descubrimientos que rondaban a esta criatura, algunas personas e investigadores comenzaron a decir que el cráneo encontrado pertenecía a un Bunyip.
Sin embargo, no se llegó a una conclusión definitiva, ya que algunos expertos identificaron el cráneo encontrado como perteneciente al de un caballo o vaca deformada; pero eso no impidió que los investigadores siguieran con sus investigaciones. E incluso, el cráneo fue aceptado en el Museo Australiano en Sydney, donde su exhibición se mostró como una evidencia del Bunyip.
Tanta fue la fama que gano esa exhibición que el cráneo fue robado de manera misteriosa del museo, nunca se supo que pasó ni quien fue. A raíz de ello, siguieron las investigaciones para dar con el origen de esta criatura, pero ya para finales de la década de 1850, la fama de esta criatura fue entrando en depresión, luego de que no se conociera ninguna fuente oficial.
Hechos posteriores
Hoy en día, la mayoría de los australianos ven al Bunyip como una criatura puramente mitológica; sin embargo, unas que otras personas y fanáticos de la historia, se aferran a los supuestos fósiles y avistamientos encontrados del monstruo acuático.
Sin embargo, no hay nada que afirme o desmienta los acontecimientos ocurridos en aquellos años. La teoría más popular como explicación a esta leyenda es la existencia de un animal conocido como el Diprotodon; quien se extinguió hace miles de años. Este mamífero se parecía mucho a un rinoceronte y era anfibio, por lo que hay mucha similitud con lo que se decía de la descripción del Bunyip.
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